Filman película triple X junto a la tumba de Camilo Sesto

Una polémica que ha encendido el debate público en España gira en torno a la grabación de escenas de una película para adultos en el cementerio municipal de Alcoy, en la provincia de Alicante, donde se encuentra la tumba del icónico cantante Camilo Sesto. Aunque los hechos ocurrieron en diciembre de 2024, la noticia resurgió recientemente y ha provocado una fuerte reacción política y social en la localidad que vio nacer al artista.

El centro de la controversia es un rodaje que incluyó imágenes grabadas en las inmediaciones del mausoleo del intérprete nacido como Camilo Blanes Cortés (1946-2019) y que posteriormente fueron incorporadas a una producción de contenido pornográfico difundida en plataformas especializadas. 

La representante local del Partido Popular (PP) en Alcoy calificó este uso del espacio como “una grave falta de sensibilidad” hacia la memoria del cantante, su familia y la ciudadanía, argumentando que un cementerio debe ser un lugar de respeto, recogimiento y dignidad, no un escenario para actividades de este tipo.

El gobierno municipal, formado por PSPV-PSOE y Compromís, ha respondido con firmeza que no autorizó ningún rodaje de carácter sexual en el cementerio municipal, y que la entidad encargada de gestionar permisos de filmación, la Alcoy Film Office, no concedió permiso para una producción pornográfica. 

Aseguran que la productora presentó una sinopsis engañosa en la que describía una escena de “introspección profunda y desoladora” sin hacer referencia alguna al uso de la tumba de Camilo Sesto ni a contenido explícito, lo que imposibilitó prever el uso que finalmente se dio a las imágenes grabadas.

La polémica no se limita a la indignación social: el ayuntamiento ha anunciado que estudia emprender acciones legales contra la productora tras verificar que los recursos audiovisuales filmados en el cementerio fueron utilizados en la película para adultos sin conocimiento ni autorización municipal. 

Desde el Ejecutivo local señalaron que la declaración responsable que firmó la empresa (un requisito obligatorio para obtener permisos) no incluía indicios de contenido sexual ni especificaba los canales de difusión, y que la difusión final en plataformas de entretenimiento para adultos fue desconocida hasta después de la filmación.

La discusión ha adquirido también un tinte político, con la oposición acusando al gobierno de Alcoy de falta de criterios éticos claros para la gestión de rodajes en espacios públicos sensibles, mientras que las autoridades municipales defienden su actuación y anuncian que reforzarán la regulación sobre filmaciones en lugares patrimoniales para evitar que situaciones similares se repitan.

Lo que empezó como un permiso rutinario para grabar imágenes de contexto terminó por convertirse en un símbolo de debate sobre los límites del uso de espacios públicos y el respeto a la memoria de figuras culturales relevantes, levantando opiniones encontradas entre quienes piden mayor protección institucional de los recintos funerarios y quienes señalan fallas en los mecanismos de control de actividades audiovisuales.