¿Sabías que tu cuerpo es más eléctrico que tu teléfono?

Y tú teléfono lo cargas todas las noches… Pero, ¿cuándo fue la última vez que te cargaste a ti mism@?

No eres solo carne ni pensamiento.

Eres voltaje. 

Eres frecuencia.

Eres luz que vibra, agua que fluye, tierra que respira.

Cada célula pulsa con energía.

Tu corazón late gracias a una chispa bioeléctrica.

Tu cerebro se enciende con descargas de luz y magnetismo.

Y sin embargo, hemos olvidado lo esencial:

Estamos hechos del mismo campo que nos rodea.

¿Buscas claridad, paz, vitalidad?.

Vuelve a conectarte con lo que realmente eres.

Recibe el sol de la mañana con los ojos desnudos.

Bebe agua viva, con minerales y memoria.

Camina descalz@ sobre la Tierra, y deja que sus electrones restauren tu energía.

La ascensión no es huir del cuerpo… Es habitarlo por completo

Porque el cielo no es un lugar: Es una frecuencia que tú puedes sostener desde adentro 

Y cuando estás cargad@, coherente, y en calma…

El cielo no solo se alcanza… Se encarna.